Llevar un orden consiste en seguir un procedimiento para alcanzar un objetivo.

¿Recordáis la frase que dice "el orden de los factores no altera el producto"? ¡Pues es mentira! Dicho de otra manera, sólo es verdad en ciertas operaciones aritméticas. Para el resto de cosas, el orden de los factores sí altera el producto. Lo altera tanto que, si no seguimos el orden adecuado, no alcanzamos el objetivo.

Seguir un orden tiene muchas ventajas:

1) Nos da seguridad

Mantener el equilibrio botando el balón. Hacer una respiración profunda. Mirar el aro. Flexionar las rodillas. Lanzar la pelota y seguirla con la mano.

Esta es la rutina que hace un jugador de baloncesto para lanzar los tiros libres. Y siempre es la misma. La repite mil veces y casi siempre le funciona. Esta rutina se basa en un orden. No podemos empezar a lanzar si antes no nos hemos calmado con una respiración. No podemos tirar sin antes flexionar las rodillas. Seguir este orden nos da confianza.

Una rutina es una lista ordenada de tareas a realizar con el objetivo de prepararse para la acción.

2) Nos permite ser más eficaces

El orden es muy importante y no sólo por una cuestión de estética (no hay nada peor que entrar en una habitación llena de ropa, papeles y juguetes esparcidos por todas partes), sino también para ser más productivo (encontrar rápidamente el objeto que estas buscando).

Organizarse significa ordenar tus tareas en el tiempo. Si las ordenas, quizás puedas llevar a cabo todo lo que querías hacer en una sola mañana. Si no las ordenas, tardarás un día entero. Para organizar tus tareas necesitas establecer prioridades. Primero colocarás en tu agenda las cosas más importantes, aquéllas que no pueden esperar ni un día más; después irás rellenando los huecos que quedan libres con el resto de actividades que tenías previstas. Gracias al orden, sacarás la máxima productividad a tu tiempo.

Y no sólo podemos ordenar el tiempo para ser más eficaces, también se pueden ordenar los objetos en cajones, los documentos en un archivador, las ideas en un esquema, los documentos en las carpetas del ordenador, etc. En todos estos casos, el orden nos permitirá encontrar rápidamente lo que buscamos.

Cuando utilizamos estos procedimientos, sin darnos cuenta, también estamos ordenando nuestra mente.

Seguir unas instrucciones para montar un juguete es un claro ejemplo de eficacia. Sin hacer caso al orden propuesto no seríamos capaces de montarlo o tardaríamos el triple.

3) Facilita la convivencia

"Dejen salir antes de entrar". ¿Os imagináis qué pasaría si al abrirse la puerta del metro todo el mundo quisiera entrar y salir a la vez? ¡Nos haríamos daño! Esta sencilla norma de convivencia, ni nos hace sentir más seguros, ni mejora el rendimiento, evita que nos peleemos.

Para llevar a cabo un debate se debe respetar un orden. Escuchar y hablar cuando te toque. De ahí la necesidad de un moderador que reparta los turnos de palabra, de manera que todos intervengan más o menos el mismo tiempo.

En el caso del deporte quien velaría por el orden sería el árbitro. Es difícil imaginar un partido sin la participación de un juez.

A veces escuchamos la frase "ordenar el tráfico". ¿Qué quiere decir? Poner orden en la circulación, es decir en la convivencia entre vehículos y entre vehículos y peatones. Si no hubiera calzadas, aceras, semáforos, señales de tráfico y normas de circulación sería imposible ir por la calle.

Todos estos ejemplos evidencian la necesidad de seguir un orden para convivir.